Mujeres samuráis: las guerreras olvidadas del Japón feudal

Curiosidades07/11/2023RedacciónRedacción
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En la historia de Japón, hay un grupo de mujeres que destacaron por su valor y habilidad en el arte de la guerra: las onna bugeisha, o mujeres samuráis. Estas mujeres pertenecían a las clases nobles y guerreras, y se entrenaban para defender su honor y su hogar en tiempos de conflicto, cuando los hombres no estaban presentes.

Algunas de ellas incluso participaron en acciones ofensivas, como la emperatriz Jingu, que lideró una expedición para conquistar Corea, o Tomoe Gozen, la más famosa de las mujeres samuráis, que luchó con una katana en la batalla de Awazu.

Estas mujeres rompieron los moldes de la sociedad japonesa, que las relegaba a un papel de esposas y madres sumisas. Sin embargo, su existencia ha sido eclipsada por la figura del samurái masculino, y su historia ha quedado relegada a la leyenda y el mito.

En este artículo, te contamos quiénes eran las mujeres samuráis, cómo se entrenaban, qué armas usaban y qué papel jugaron en la historia de Japón.

Las mujeres samuráis surgieron en el primer Japón medieval, entre los siglos VIII y XII, cuando el país estaba dividido en clanes que se disputaban el poder. Estas mujeres aprendían a manejar la naginata, una lanza de asta larga y hoja curva, el kaiken, una daga de hoja recta, y el tanto, una katana corta. Estas armas les permitían mantener la distancia con el enemigo y defenderse de los ataques. Su principal función era proteger su casa y su familia, pero también podían acompañar a sus maridos al campo de batalla o liderar sus propias tropas.

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Uno de los primeros ejemplos de una mujer samurái es el de la emperatriz Jingu, que según la tradición, gobernó Japón entre los años 201 y 269, tras la muerte de su esposo, el emperador Chuai. Jingu se embarcó en una campaña militar para invadir Corea, y según la leyenda, logró someter a los tres reinos coreanos sin derramar una sola gota de sangre. Sin embargo, los historiadores dudan de la veracidad de estos hechos, y consideran que Jingu es un personaje semimítico, que mezcla elementos históricos y fantásticos.

La mujer samurái más famosa y documentada es Tomoe Gozen, que vivió en el siglo XII y fue una de las principales generales del clan Minamoto, que se enfrentó al clan Taira en la guerra Genpei, que marcó el fin de la era Heian y el inicio del shogunato Kamakura. Tomoe Gozen era una experta en el manejo de la katana, el tiro con arco y la equitación, y se dice que era tan bella como valiente. Participó en varias batallas, y se destacó especialmente en la de Awazu, donde dirigió a un pequeño grupo de samuráis contra un ejército superior. Según los relatos, Tomoe Gozen mató a varios enemigos, incluyendo al líder del clan Taira, Yoshinaka, al que le cortó la cabeza y se la llevó como trofeo.

Las mujeres samuráis fueron perdiendo protagonismo a medida que avanzaba el periodo feudal, y el código bushido, o el camino del guerrero, se fue imponiendo como la norma de conducta de los samuráis. Este código establecía que las mujeres debían ser obedientes, fieles y virtuosas, y que su papel era el de cuidar del hogar y educar a los hijos. Las mujeres samuráis pasaron a ser una excepción, y su historia quedó relegada al olvido. Sin embargo, su legado sigue vivo en la cultura japonesa, y algunas de ellas han inspirado obras literarias, cinematográficas y artísticas que las han devuelto a la luz.

Fuente: Muy Interesante
 

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