

La investigación sobre la explosión que destruyó las letras turísticas en la entrada norte de la ciudad de Camargo, Chihuahua, ha revelado nuevos detalles sobre el incidente. Según fuentes oficiales, el explosivo fue dejado en un maletín por dos sujetos que viajaban en un automóvil tipo sedán de color blanco.
La detonación, que ocurrió momentos antes de las 11:00 de la mañana del 31 de diciembre, fue muy fuerte y se escuchó a varias cuadras de distancia. La onda expansiva provocó daños en 43 viviendas, incluyendo ventanas rotas, lesiones en paredes y fachadas. Afortunadamente, no hubo heridos.
Los peritos y autoridades han determinado que el artefacto explosivo era "casero", es decir, no uno de fabricación industrial sino armado informalmente. Se cree que la maleta contenía un artefacto compuesto de pólvora, un pequeño tanque de algún químico en forma de gas y un motor o detonador para generar la chispa que hiciera la combustión.
La Fiscalía General del Estado (FGE) envió peritos para hacer pruebas con la evidencia y determinar qué tipo de material fue detonado. También están en coordinación con el Ejército Mexicano que regula los explosivos.
Aún faltan detalles sobre la intención del explosivo y no se han encontrado indicios de amenazas previas o de que el atentado estuviera dirigido contra alguien en particular. La investigación sigue en curso para esclarecer los hechos y determinar los responsables.



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